viernes, 3 de abril de 2009

IMPERIO DE FURIA. CAP-6

Llevaba el pecado tatuado en mi piel. Alguien me había tendido una trampa, alguien quería verme tan muerto como esa zorra de Jacqueline Weinstein.

Tocaron en la puerta como si el mundo se estuviese viniendo abajo.
¡¡La policía!! , gritaban desde el otro lado. Cerdos uniformados y corruptos. ¡Me han tendido una trampa! ¿Quien habrá sido? Necesito respuestas, necesito saber quien coño mueve los hilos en la sombra y que papel juego en todo esto. Necesito…, necesito escapar de esta maldita barraca oportunista que han organizado en contra mía.

Miré por la ventana y observé que la calle estaba misteriosamente tranquila. Podía escuchar como organizaban un asedio desde el otro lado. Iban a tirar la puerta en cuestión de segundos. El cadáver de Jacqueline me miraba incesante. No aguanté y lo cubrí con las sábanas.

Tiraron la puerta abajo. Un número incontable de hombres me rodearon. Entonces me di cuenta de la terrible realidad: No eran polis.
Empecé a escuchar una risa infernal. Allí estaba, era el viejo Harold Weinstein.

-Querido Tony, has sido enormemente útil. Jamás podré pagartelo

Me pusieron unas esposas y me cubrieron la cara con una mortaja. Alguien me golpeo con buen pulso y perdí el conocimiento.

No puedo saber con exactitud cuanto tiempo pasó. No lo se. Lo que si recuerdo es la terrible agonía que sentí cuando recupere la consciencia y me ví envuelto en la mas absoluta oscuridad. Apenas podía respirar, me faltaba el aire. No podía ver nada, tenía las manos esposadas. Me encontraba tumbado y sentía como los pies tocaban fondo. Las rodillas y los brazos también se topaban con un límite. En el techo ocurría lo mismo.
Fue entonces cuando lo supe, me encontraba encerrado en una caja. Estaba inmerso en el problema de mi vida y lo único que tenía eran las misteriosas y traicioneras palabras del viejo Wes.

Llegados a este punto de la historia me veo en la necesidad de pasar el testigo a otro narrador. Mi hermano Luca:

Me llamo Luca Pistone, tengo 38 años. Tengo una mujer y dos hijas. Llevo una vida tranquila a las afueras de la ciudad, lejos de la muerte y el crimen. Soy propietario de una granja que suministra a casi todo el estado de California. Hasta hace bien poco tenía olvidado a mi hermano Tony. Rompimos las relaciones cuando murió nuestra madre. Para mí, aunque suene duro, estaba muerto y enterrado. Cual fue mi sorpresa, cuando aquel hombre vino a verme y me dijo que Tony estaba enterrado, pero no muerto…

miércoles, 1 de abril de 2009

IMPERIO DE FURIA. CAP-5

Creo que todo se está complicando, hay muchos jugadores en esta partida. Hoy ha comenzado la Orgía de Sangre. Tonetti, el Gran Payaso italiano, a muerto. Las cloacas de Los Ángeles lloraran su muerte. Una comedia repentina y violenta le borro la sonrisa de la cara. La comedia è finita bufón del mal, espero que te consumas en las llamas del infierno.
Me aleje del Chulavista Club escuchando los sollozos del séquito del Gran Payaso. Gritos y lamentos ahogados en siniestras risas....
La niebla me acogió en su frió manto mientras me dirigía a la habitación de la Pensión donde vivía.
Me sumergí en mis pensamientos. Tenia la sensación de que el Sr. Weinstein se había ocupado de Tonetti.
Un escalofrió me recorrió el espinazo, sentí una presencia a mi espalda. Un latigazo, fuego en el cráneo. Bese el asfalto mojado.
Me Desperté en mi habitación, abrazado a la almohada, completamente desnudo.
Un Mar de Sangre bañaba la cama. Una mujer muerta a mi lado. Aullé como un lobo asustado.
Salte de la cama. Drogas y alcohol decoraban el escenario del crimen. Me puse algo encima para tapar mis vergüenzas y mostrar algo de respeto a los muertos.
No reconocía mi rostro en el espejo. Tenia los ojos vidriosos y las pupilas dilatadas. Mi cara era una mascara de horror demencial. Una inscripción en mi pecho. JACQUELINE.
-La mujer de Weinstein!!!!.
Gire sobre mi mismo. Mire hacia la cama. Apunte hacia el rostro de la mujer. La Reconocí. En la cama yacía el cuerpo de la mujer a la que debía encontrar. Jacqueline Weinstein.Vestida de muerte. El desconcierto se apodero de mi.

Llevaba el Pecado tatuado en mi piel....