domingo, 25 de enero de 2009

PATETISMO ILUSTRADO Y OTRAS GRACIAS DE LA MEDIOCRIDAD

Hoy en día ser mediocre es lo más normal del mundo. Constantemente esta sociedad nuestra tan acelerada nos toca el miembro con ideas de superación y éxito.

Por lo general todos somos mediocres. De vez en cuando una anomalía de la genética o una pirueta cósmica nos regala a alguien distinto capaz de cambiar este jodido mundo. Estamos hablando, obviamente, de los milagros tipificados en el código santoral del vaticano.

La mediocridad es nuestra amiga, nos convierte en bulto y oveja del rebaño, en definitiva, nos da forma (esa que miramos cada mañana en el espejo).

La mediocridad es una corriente, un estilo de vida estrechamente relacionado con eso que llaman “PATETISMO ILUSTRADO”.

El Patetismo Ilustrado consiste, como su nombre indica, en ser patético/a. No ser más que una rareza para la propia existencia, un ser o un “no ser” que deambula de aquí para allá sin pena y sin gloria.

La gran pregunta entonces sería la siguiente: ¿Por qué “ilustrado”? Es simple, mediocres míos. Ilustrado de “ilustre”, y es que ser patético, hoy día, es un alto cargo. Si no fueran los patéticos quienes son, ni vosotros ni yo estaríamos aquí. Y es que la gran verdad es esa, arriba, donde la vista ya no alcanza, habitan los patéticos con su mediocridad de serie, agazapados entre la maleza.

Y son ellos los que deciden quien sale, quien entra, quien vive y quien se va a tomar por el culo.

Los patéticos ilustrados y su mediocridad habitan entre nosotros, son idénticos a todos los demás, se mueven igual, comen igual, follan igual e incluso mean igual.

Lo único que les diferencia del resto es que ellos no son conscientes de que pertenecen al rebaño, ellos piensan que son la leche en polvo y que no hay quien les tosa.

Son en definitiva, unos putos creídos.


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